POBLADO REGULARES UNA DE LAS TANTAS BARRIADAS DE LA PERIFERIA ABANDONADAS POR EL GOBIERNO DE LA CIUDAD

• El Gobierno de la Ciudad ha dejado abandonadas unas obras en la barriada de Poblado de Regulares en unas condiciones lamentables.
• Obras incompletas que suponen un peligro inminente para los vecinos, un campo de fútbol sin terminar, obstaculos para los niños y jóvenes de la barriada, evidencian la proximidad de una más que probable desgracia.

Muchos jóvenes y vecinos de la barriada de Poblado de Regulares nos han trasladado su enfado y malestar por unas obras que se realizaron, hace ya mas de un año en la barriada, y que todavia estan sin terminar. Obras incompletas que suponen un gran peligro para todos los niños que por ahí transitan y juegan, concretamente, la existencia de un muro, de aproximadamente seis metros de altura, desprovisto de barandillas o cualquier elemento de seguridad, así como la propia situación de los aledaños el campo de fútbol, que en sí, ya es un peligro para la integridad de los más pequeños.

Los chiquillos bajan todos los dias por una cuesta para poder llegar al campo de fútbol, dicha cuesta supone uno de los peligros mas grandes que puedan existir, por su elevada pronunciación, en cuya parte izquierda, existe el mencionado muro con piezas de hierro oxidado vistos y sin ningun tipo de barandilla para evitar posibles caidas. Estamos hablando de niños que van a jugar ahi hace ya más de un año y todavia no se ha hecho nada por parte de la ciudad para solventar el problema. La Ciudad tan sólo ha colocado a modo de medidas cautelares, tres ridículas vallas mal sujetadas con escayola, las cuales no suponen elemento alguno de seguridad activo alguno, sino que es una mera chapuza para salir del paso, a pesar del evidente riesgo de accidente para los niños.

Desde Jóvenes Caballas instamos al Gobierno de la Ciudad a que acometa de forma urgente las medidas cautelares pertinentes, y acuerde de forma inminente la culminación de las obras del campo de fútbol de la barriada Poblado Regulares, advirtiéndoles de que en caso de que exista alguna desgracia, solamente ellos serán responsables.